En Entregozos estamos comprometidos con la preservación del medio ambiente, la dignificación del trabajo artesanal y la promoción de la integración social. Es por esto que nuestro principal objetivo social es impulsar el trabajo de los agricultores y mezcaleros de la Sierra Mixteca de Puebla quienes brindan su esfuerzo, experiencia y dedicación a la elaboración del mezcal.
En cumplimiento de las Iniciativas de “Comercio Justo” impulsadas por Naciones Unidas, afirmamos:
Garantizar un precio justo a los artesanos.
Brindar a nuestros empleados condiciones óptimas de seguridad e higiene.
Promover la igualdad de género.
Proteger los derechos de los niños.
Proteger a las minorías étnicas y respetar su cultura.
Proteger el medio ambiente.
La leyenda
Cuenta la Leyenda que en una Hacienda ubicada en los límites de la antigua Villa de Carrión , indígenas de la Sierra Mixteca Poblana elaboraban un exquisito mezcal artesanal de agave.
Al amparo de tan exquisita bebida se construyeron amistades inolvidables y amores apasionados.
Fueron presenciados por Don Domingo , el caporal de campo y Doña Toribia , su esposa, así como por Don Luis , el patrón de la Hacienda.
Fue una tarde en la que Doña Toribia , una mujer alegre y jovial, que disfrutaba pasar las tardes en el campo compartiendo buenas historias con su familia, decidió preparar un mezcal con unos agaves tiernos . Confiaba en que su juventud le daría toques especiales a la bebida, así como que podría disfrutarla lo antes posible con todos los que visitaran la finca, para brindar por la felicidad de compartir.
Don Domingo , el caporal de campo y esposo de doña Toribia, era un hombre manso que creía que todo llega a su tiempo, porque la vida pasa y a diferencia del verano, no regresa para calentarnos. Por lo tanto cuando llega hay que aprovecharlo.
Por eso, Don Domingo creó una bebida con agave maduro que creía que ya estaba en su punto ideal. En su opinión, ese agave estaba listo y no requeriría más espera. Una selección ideal para dar a luz a un mezcal joven, milenario y único.
Don Luis , el amo de la hacienda, era un hombre de absoluta elegancia, un conocedor que sabía que los buenos productos requieren cuidado y tiempo. Insistía en la paciencia. Así un mezcal hecho con esmero, tiempo, los agaves correctos y piñas más grandes y robustas, tendría un resultado exquisito. Cada mañana caminaba por los campos contemplando el crecimiento de sus agaves y seleccionado personalmente los que forman su tan deseada y exclusiva bebida en la actualidad.